
Y le pregunté a la luna si era cierto... y no hubo más contestación que el silencio... me encogí y seguí andando mirándola alguna que otra vez... conteniendo las lágrimas... suspirando sin querer despertar a quien me acompañaba...
Una vez lejos de ella... la vi ... rota de seda... rota de alma... rota de suspiros... y aún así... la veía cerca, alargué mi mano y con cuidado intenté juntar los trozos... pero nada... la cubrí de besos, lamentando no poder hacer nada más que sentarme a su lado y ofrecerle caricias que desaparecían...
de fondo:
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