Y es ahora, cuando nos damos cuenta del por qué de las cosas.
Descubrimos de dónde sale todo aquello que antes creíamos mágico.
Entendemos que no vivimos del aire, sino que el aire forma parte de nuestra existencia, y lo más esencial, es que antes conocíamos a nuestro corazón como a un músculo inútil que impulsa nuestra sangre, pero ahora me doy cuenta,
que cada vez que te veo, lo que creía músculo inútil,
sé que late más fuerte... sin pedir permiso.
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